Paraleersobriedad.pdf

Educar en la sobriedad en nuestra sociedad consumista.
Jutta Burggraf. Universidad de Navarra. 28 de diciembre de 2007. ace poco, un niño –llamado Björn– celebró sericordioso. No se trata de despreciar los bienes de H su decimosegundo cumpleaños. Para esta esta tierra. Se trata más bien de utilizarlos rectamen- ocasión, los padres habían organizado una te, con verdadero señorío y libertad, y de ponerlos al fiesta: habían invitado a los abuelos, a varios tíos y servicio de la persona humana, y de Dios. Se trata, en muchos amigos. Después de las felicitaciones, Björn definitiva, de vivir según la dignidad de nuestra natu- se encontró rodeado de un montón de paquetes, de raleza en la sociedad que nos rodea. todos los tamaños y colores. Sin decir ni una palabra, empezó a deshacer el primero, miró el regalo y lo pu- Pero, ¿cómo es esa sociedad? ¿Se comprenden los so a un lado. Después deshizo el segundo, miró el re- planteamientos cristianos hoy en día? Los educado- galo y lo puso al lado del primero. Así seguía des- res, ¿pueden percibir alguna inquietud religiosa en los haciendo los paquetes en silencio, mientras que los jóvenes? ¿Pueden, al menos, contar con una cierta visitantes, cada vez más tensos, formaron un círculo sensibilidad para las cuestiones que atañen a la tras- alrededor de él. Björn miró los regalos y los puso a su cendencia?
lado. Por fin le preguntó uno de sus tíos: "¿No te gus-
ta ninguno de nuestros regalos?" Y la respuesta tajan- 1. El background cultural
te fue: "Si no digo nada, todo está bien."
En nuestra cultura actual, muchos viven un cierto ate- ísmo práctico, pero pocos hablan de la "muerte de Así es la sociedad de consumo. Estamos acostumbra- Dios". Los grandes teóricos de la secularización (y de dos a tener muchas cosas, y a recibir cada vez más. la construcción de un mundo sin Dios) abandonaron Esto trae consigo algunos peligros y retos. Pero antes ya en los años setenta sus antiguas posiciones, en de hablar de ellos, quiero subrayar una cosa. Nuestra nombre de las cuales tantos cristianos sintieron el sociedad no es "mala". Tiene aspectos positivos y ne- deber de cambiar su vida notablemente. Uno de esos gativos como todas las demás. Es la sociedad que nos antiguos maestros llegó incluso a afirmar que "el cam- ha tocado vivir, y podemos sentirnos muy felices de bio de estructuras, sin que el hombre se cambie a sí vivir en ella. Disfrutamos del internet, y tenemos con- mismo, es una gran ilusión." tacto con personas estupendas en todo el mundo. Algunos pretenden distanciarse de la técnica y de los 1.1. El antiguo movimiento "hippy".- Parece que hay
demás logros tan apasionantes de nuestro tiempo. una relación entre el abandono del movimiento de la
Otros rechazan abiertamente nuestra civilización; "muerte de Dios" y la aparición del fenómeno
desarrollan un cierto cinismo y difunden un pesimis- "hippy", típico de aquellos años. Algunos calificaban a
mo cultural. Estas actitudes son preocupantes: engen- los "hippies" como neomísticos. Su mensaje a la gente dran, con frecuencia, un clima asfixiante que apaga de Occidente no era cristiano. Pero, ¿se puede negar cualquier iniciativa y apenas deja respirar y pensar que se inspiraba en algunos valores del Evangelio? por libre. Bloquean las aspiraciones nobles de los que Rezaba más o menos así: "¡No os dejéis engañar! Las se sienten pioneros de un nuevo milenio. Y lo que es nuevas sociedades consumistas no os traen la libertad más importante: no parece que se inspiren en la Bue- tan deseada. Engendran más bien un nuevo tipo de na Nueva de Jesucristo. No dan lugar a un amor au- esclavitud, porque os seducen a ataros a un sinfín de téntico hacia todo lo humano, ni a la alegría profunda cosas superficiales y superfluas." Los mismos de quien se sabe hijo de un Padre omnipotente y mi- "hippies" cargaron con las consecuencias. Se negaban a acumular riquezas; estaban despreocupados de la espiritualidad del esoterismo, de la New Age y de las construcción de este mundo, deseosos de no insertar- visiones orientales del mundo, el fruto de una religio- se en el sistema, temerosos de que un cambio de es- sidad sincretista y pluralista, en la que se adora la na-tructuras sólo sirviera para llegar a un bienestar ma- turaleza y las estrellas, y también la salud, la juventud terial aún mayor. Optaron por una vida alternativa, y la belleza. Algunos la ven en la raíz de cualquier fe- marcada por el "desprendimiento" optimista, la fiesta nómeno de moda. Así se oye, por ejemplo, que hasta y la contemplación. El fenómeno en su traducción en el ejercicio físico y en el afán ecológico se mani-religiosa e incluso cristiana, como puede ser el movi- fiesta la "espiritualidad". El correr es interpretado co-miento "Jesus-People", no se interesó por Jesús por- mo un viaje místico, como un ir "más allá" de sí mis- que él fuera a resolver los problemas socio-políticos mo para poner a prueba las capacidades del cuerpo y (de los que el "hippy" se marginó voluntariamente), sacar experiencias espirituales. sino porque trae la paz al corazón. Es decir, conscien- te o inconscientemente se buscaba algo que pertene- Ciertamente, cada vez más personas están dispuestas ce a la experiencia religiosa. a realizar auténticos sacrificios para cuidar las plantas o el propio cuerpo. Se dedican diariamente al footing, Los movimientos "hippy" y "Jesus People" han rein- comen poco más que yoghurt y manzanas, hacen su troducido en nuestras sociedades algo muy interesan- propio pan, participan con entusiasmo en manifesta-te, que representa además un elemento antiseculari- ciones contra la energía atómica y gastan generosa-zante: es, por un lado, el rechazo de una vida consu- mente su tiempo en observar el medio ambiente. Las mista, cómoda y aburguesada y, por el otro, la cele- preocupaciones por la salud y el aire puro dan lugar, bración de las fiestas, la importancia de los ritos. Son además, a varias formas de ascesis y unos rituales es-estas, sin duda, prácticas importantes que rompen la trictos: hay que hacer quince flexiones por la mañana, monotonía de lo profano. Pero ni los "hippies" ni los levantar el tronco treinta veces a mediodía, saltar cin- "Jesus People" se esforzaron por fundamentar sus cuenta veces sobre el propio terreno por la noche. prácticas en una teoría. No consiguieron unir sus ex- Todo ello es bueno y a veces necesario, por un lado, periencias religiosas con una doctrina clara. De este un poco exagerado, por el otro. Se puede descubrir modo, no lograron transmitir sus valores a una nueva en ello un cierto (y flojo) despertar del viejo espíritu generación. "hippy", con sus ansias hacia una vida sencilla y con el rechazo de tantas cosas superfluas. Sin embargo, re- Los hijos de los "hippies" ya no rechazan la sociedad sulta sumamente confuso hablar en esos casos de consumista, sino que están completamente inmersos "religión" y de "espiritualidad". ¿Es posible que el en ella. En general no son revoltosos como sus pa- "mantenerse en forma" o la conservación del agua dres. Son "buenos chicos", les gusta el dinero, y mu- limpia se conviertan en el último sentido de la vida? chos de ellos "no se sienten capaces de forjar un futu- ¿Es aconsejable ver los acontecimientos del mundo ro", según los resultados de un estudio italiano. Cada sólo bajo las exigencias de la ecología o de la salud? vez más jóvenes se sienten incluso tan a gusto en la Ese modo de vivir puede disminuir la libertad y llevar casa de sus padres que, a diferencia de las generacio- a la manía. Y las teorías que fundamentan tales com- nes anteriores, no tienen ganas de salir de ella, inde- portamientos, en vez de tener rasgos de religión se pendizarse y crear una familia propia. ¿Por qué termi- parecen más bien a rasgos ideológicos. Son ciertos nar pronto los estudios y emprender un trabajo remu- signos de desesperación, y muestran lo que pasa nerado, si se tiene una vida tan fácil y cómoda en la cuando Dios está ausente. Tenemos que tener en familia de origen? Parece, a veces, que apenas tienen cuenta que, quien hoy en día adora al Sol o dirige sus proyectos y metas personales, apenas aspiran a algo rezos hacia la "Madre Tierra", no es ya el ingenuo cre-que no tenga que ver con el bienestar material, ape- yente de hace más de veinte o treinta siglos, sino el nas expresan preguntas, inquietudes y preocupacio- desencantado intelectual y científico. Chesterton dijo nes… una vez con mucho acierto: "Cuando se deja de creer en Dios, ya no se puede creer en nada, y el problema 1.2. La "espiritualidad secularizada".- Mirando la cul- más grave es que entonces se puede creer en cual-
tura que nos rodea, se suele hablar de los "nuevos quier cosa." dioses" que aparecen en las revistas y películas y, por supuesto, en los medios electrónicos. Son actores y Por otro lado, mirando la cultura contemporánea actrices, deportistas, cantantes y otras personalida- queda patente que los hombres están ansiosos de des de la vida pública, de los que se ha hecho un ídolo religión. Tienen verdadera hambre de creer, aunque y, después de la muerte, un mito. Se suele hablar, a la esa necesidad sea muchas veces inconsciente. Si no vez, de una "nueva espiritualidad secularizada". Es la encuentran al Dios trascendente, se crean los dioses de la inmanencia. Pero, junto a ese fenómeno, se sus conclusiones, que los niños europeos ven una me-puede encontrar también una manifiesta nostalgia dia de cuatro horas diarias de televisión. En Estados hacia el cristianismo, al menos en algunos ambientes, Unidos, parece que ven todavía más, hasta seis horas y a veces en los sitios más inesperados. Baste pensar al día, según las investigaciones del especialista Mil-en la música rock y en el éxito espectacular de las tón Chen, de San Francisco. Así cuando un chico em- canciones de Bob Dylan, que hablan del Dios de los pieza la enseñanza media, ha visto 18.000 horas de cristianos y de un mañana mejor, de paz y compren- televisión y ha pasado 13.000 horas en la escuela. Su sión. El hombre, hoy como antes, se deja fascinar por cabeza está llena de imágenes. el mensaje cristiano. No puede quedar satisfecho con una "espiritualidad secularizada" y una "religión plu- Pero incluso el más ávido telespectador se ve, de vez ralista". Puede, en cambio, llegar a ser feliz siendo un en cuando, apartado de su pantalla, y tiene que en-cristiano auténtico en una sociedad secularizada y frentarse con la realidad de la vida cotidiana. Enton- ces se encuentra inmerso en un mundo inevitable- mente menos emocionante que aquel de las imáge- 2. Campos de influencia
nes. La vida diaria puede resultar lenta y aburrida; Si queremos educar a los jóvenes, es necesario cum- normalmente no es tan dinámica como una película. plir con una primera condición que consiste en tener Es comprensible que se pueda tener ganas de huir, en cuenta esos cambios sociales que se han efectua- volver cuanto antes al mundo fantástico de la televi-do en las últimas generaciones. El mundo, evidente- sión, y no se quiera salir de él. Así, la televisión puede mente, no es el mismo que era hace veinte, treinta o llegar a ser una droga. Se le ha llamado, no sin razón, cincuenta años; las condiciones en las que vivimos una "droga electrónica". Hace pensar que exista tam-han cambiado notablemente, incluso en los ambien- bién la televisión tamaño-casete que se puede llevar tes más "burgueses". No se trata sólo de una mejoría en un transporte público, para no estar solo consigo de lo que suele llamarse "nivel de vida", sino de algo mismo, ni quince minutos. más profundo; se ha efectuado un verdadero cambio en el modo de vida: televisión, avión, móvil, ordena- ¿Qué hacer en esta situación? Es comprensible que dor, Internet han cambiado nuestra vida. Tampoco los algunas personas adopten una postura defensiva: hombres somos los mismos. Percibimos el mundo, prohíben a sus hijos ver la televisión, o ni siquiera sentimos, pensamos y reaccionamos de otra manera quieren tener un aparato en su propia casa. Este plan-que nuestros abuelos. Así las exigencias para una bue- teamiento radical puede ser enriquecedor para la vi- na formación son distintas que antes. Sin embargo, da de familia y la propia cultura. Sin embargo, no pa-algunos educadores parecen pensar que los niños se- rece que sea el más apropiado para los retos de nues-rían como la hierba, siempre iguales. Esto es un error, tro tiempo. Con controles y censuras, hoy en día, y puede ser, a veces, la causa de la ineficacia. prácticamente no se consigue nada. Un alumno pue- de acceder por cable o satélite a todas las informacio- Hoy en día, en las sociedades de consumo, los niños nes que quiera; puede ver los programas más nocivos no son educables como antes. Desde hace mucho en los bares, autobuses o tiendas, en las casas de los tiempo, ya no están sólo bajo la influencia de la fami- amigos o en la propia casa, cuando los padres están lia y de la escuela. Hay muchos co-educadores que fuera. Recuerdo que una buena señora me contó una atraen a los jóvenes a los valores más contradictorios. vez, que había discutido mucho con sus hijos adoles-Estos son, por ejemplo, la televisión, la propaganda y centes acerca de una determinada película, llena de el grupo de los compañeros de la misma edad. Ejer- escenas de brutalidad y erotismo: los hijos querían cen una gran influencia sobre los jóvenes y, por su- verla, los padres lo prohibieron. El día en que salió puesto, también sobre los adultos. Vamos a conside- esta película en la televisión, la señora tenía que rar brevemente estos tres co-educadores, que deter- acompañar a su marido a una cita importante. Como minan considerablemente el comportamiento consu- no estaba segura de si los hijos iban a obedecer o no, mista. llevó la televisión consigo en el coche. Y los hijos vie- ron la película en casa de los vecinos. 2.1. La televisión.- En nuestra sociedad, la televisión
es, sin duda, la fuente principal de información y de No se consigue nada con prohibiciones. La meta no
deformación. Consumimos noticias de todo el mundo, puede ser una simple renuncia. Esto es utópico y po-
talkshows y películas sin parar. No son pocas las casas co atractivo. Hace falta un esfuerzo más grande. Es en las que la televisión está encendida todo el día, importante ayudar a los hijos, con argumentos sóli-incluso durante las comidas. Esto dificulta el diálogo, dos, a utilizar bien la televisión: a tomar una actitud favorece la comodidad. Hay estudios que dicen, en crítica positiva ante ella y descubrir sus ventajas y misma actitud ante ella. No hace falta rechazar todas las ofertas, pEro sí es preciso aprender a utilizarlas La televisión no es un enemigo; no es necesariamente bien. No se puede esperar del mercado libre que ac-una "caja tonta". Puede ser un buen amigo, un instru- túe según principios pedagógicos o formativos. Al mento eficaz al servicio de la cultura y de la educa- mercado no le interesa si una cosa es buena para un ción. Uno de los directores de la televisión alemana niño o no. Sólo le interesa lo que se puede vender a suele decir: "La televisión hace a los listos más listos y un niño o para un niño. Está claro que las ofertas su-a los tontos más tontos." Conviene aprovecharla bien. peran siempre las posibilidades económicas y tempo-Para lograrlo, es aconsejable ver en familia la televi- rales de cualquier persona normal. No se puede ni se sión, y conversar después sobre lo que se ha visto. Así debe adquirirlo todo. Hay que hacer elecciones. Y hay el aparato tan temido puede convertirse realmente que ayudar a los jóvenes a hacer elecciones pruden-en un "co-educador", en el sentido más pleno de la tes. Cada persona tiene que tener su propio criterio, palabra. Puede abrir nuevos horizontes y transmitir según su situación personal. Es preciso aprender a auténticos valores. Se puede descubrir también la decidir, a aceptar y a renunciar. Es preciso también propia responsabilidad por los programas, escribien- desarrollar un escepticismo sano ante la propaganda. do cartas al director, haciendo sesiones de trabajo. De Si los padres dialogan con sus hijos sobre los anun- este modo cada uno puede salir del anonimato y de la cios, pueden orientarles. A veces conviene también pasividad, tan propios a la sociedad de consumo. Ca- explicarles abiertamente la situación financiera de la da uno puede contribuir a buscar "una televisión con familia. Entonces pueden alcanzar un criterio sólido rostro humano": es decir, una televisión a la medida para su comportamiento personal. Esto, por supues-del hombre, y no un hombre a la medida de la televi- to, es menos cómodo que darles dinero para que sión. compren lo que quieran; y es más exigente que prohi- birles todas las compras, o reñirles permanentemen- 2.2. La propaganda.- Otra gran fuente de influencia te.
es la propaganda. Mientras que, mirando la televi-
sión, se está ya consumiendo, la propaganda nos ofre- 2.3. El grupo de los compañeros.- Todos los padres lo
ce los productos más variados para consumir: viajes, saben muy bien: a la hora de orientar el comporta-coches, ropa, comidas exóticas, videos, discos. Si nos miento de consumo de los hijos, hay que contar con paseamos por una ciudad y miramos a nuestro alre- un factor determinante, que es el influjo de los com-dedor, puede pasar que hasta las cosas más excéntri- pañeros. Los sociólogos ya no hablan del grupo, sino cas nos parecen necesarias y urgentes. Queremos to- de la escena de los jóvenes. Quieren decir con este do para nosotros; queremos todo en seguida. No con- término que los jóvenes forman una especie de sub-sumimos sólo objetos; consumimos también hombres cultura. En sus ramas extremas, es la escena de las y paisajes… (Los ecologistas tenían que recordárnoslo drogas, de las sectas, de los neonazis y los hooligans. en los últimos años.) La propaganda actúa a través de Considerando sus expresiones más moderadas, se todos los medios de comunicación social, hasta los puede decir de todos modos que es una clase de con-anuncios en las paradas de autobús, los eslogans que sumidores aparte. Tienen su ropa determinada, su salen de la radio, incluso a las seis de la mañana y a música, sus ídolos, su lenguaje, su coca cola… Las es-las doce de la noche - o los carteles pequeños y gran- trellas de cine, los futbolistas o los tenistas, los can-des que decoran los supermercados. El hombre de tantes, ésos son los héroes admirados. El último pre-hoy, muchas veces, ve reducido su horizonte vital al mio Nobel de la literatura apenas nadie lo conoce ni mero consumo de productos. Este superdesarrollo le lo ha leído. Pero el gol de la jornada, los actores y mo-hace fácilmente esclavo de la posesión y el gozo in- delos los conoce todo el mundo. Y se gasta dinero mediato, advierte el Papa Juan Pablo II, "sin otro hori- para verlos de cerca, o para tener una camisa con su zonte que la multiplicación o la continua sustitución nombre o un compact con su voz. Esto, por supuesto, de los objetos que se poseen por otros todavía más es un fruto de nuestras sociedades de consumo; no perfectos." Esta actitud se refleja ya en los niños: tie- existe en los pueblos de África ni en las islas del pacífi-nen muchos más juguetes y dulces que en las genera- co. En Alemania, la música rock de los años 50 fue la ciones anteriores, y desean todavía mucho más. Cual- primera música específica para la juventud. A partir quier capricho puede desencadenar reacciones insos- de entonces, los jóvenes disponían de suficiente dine-pechadas, casi frenéticas. Y la propaganda las estimu- ro propio para crear y mantener una cultura propia. En otras palabras, la escena juvenil es un fenómeno ¿Qué hacer en esta situación? Es obvio que la propa- ganda se asemeja a la televisión. Hay que adoptar la Los padres que quieren educar a sus hijos, tienen que tomar en serio este fenómeno. Tienen que contar con tienen planteamientos completamente distintos, sin la influencia de los compañeros y saber que la renun- escandalizarse ni hundirse. En definitiva, han de dar- cia a una cosa determinada puede llegar a ser un les una buena formación y mucha fortaleza. Los jóve-"problema existencial" para un adolescente. Puede nes salen de sus casas (y, según el caso, de los cole-ser un problema grave, no sólo porque al chico le gus- gios privados), se encuentran en la calle, van a los su- ta tanto ese objeto, sino porque la presión de su gru- permercados y discotecas, y encuentran otro ambien-po puede ser muy fuerte. En algunos ambientes – te completamente distinto. No es posible crear un incluso en los mejores colegios– existe un verdadero micro-clima en el que todos vivan tranquilos. No es terror de consumo: una persona que no tiene ropa de posible refugiarse en una torre de marfil. Los cristia- una determinada marca, o que no ha visto una deter- nos auténticos nunca lo han hecho; pero aunque al-minada página web, no cuenta nada. ¡Es duro quedar- guien quisiera hacerlo, hoy en día no es posible. En se al margen! los tiempos anteriores, los padres podían controlar las cartas de sus hijos, si les parecía oportuno. Hoy en Los valores que se transmiten en esta subcultura, di- día, esto sería una falta de realismo, ya que existen el recta o indirectamente, se oponen a la tradición y, a móvil, el mail, el fax. Más que apartarse de la socie-veces, significan un cambio radical de la actitud cris- dad pluralista conviene ayudar a los hijos a vivir en tiana. Fijémonos en el fútbol que, en algunos ambien- ella, a orientarse en ella y a ser felices en ella. ¡Sólo el tes, ha adquirido rasgos de una nueva religión moder- que quiere este mundo puede cambiarlo! Por esto, es na: así, por ejemplo, el Club de Hamburgo canta con preciso buscar un nuevo encuentro entre el Evangelio entusiasmo: "You never walk alone" ("Tú nunca andas y la cultura.
solo"). Pero en esta nueva religión, Goliat suele ven-
cer a David. El más grande es el triunfador ("We are 3. Tareas del educador
the champions"), y no el que sabe perder con digni- Entonces, ¿cómo se puede vivir cristianamente, con
dad. Un entrenador alemán dijo en una entrevista: sobriedad y buen humor, en una sociedad consumis-"Estamos condenados al éxito." Es una religión de ta? Se trata, realmente, de una cuestión muy difícil. miedo, incluso de violencia, y no de serenidad y paz. Necesitamos mucha comprensión y paciencia. "Educar tres hijos hoy en día es como haber educado ¿Qué pueden hacer los padres? Sería absurdo prohi- quince en las generaciones anteriores", suele decir bir a los hijos ver el fútbol. Esto, además, apasiona una maestra experimentada que no sufre nada de también a los adultos y tiene realmente sus aspectos resignación. No hay recetas. Cada uno tiene que en- fascinantes. De igual manera sería poco realista inten- contrar su modo individual de actuar, de acuerdo con tar apartar a los hijos de todas las escenas o prohibir- las circunstancias variables de cada caso. A continua-les todos los artículos de consumo propios a su edad. ción, me gustaría proponer algunas ideas para la re-Podría llevar a tensiones muy grandes, a conflictos flexión personal de cada uno. insoportables. Conozco a unos padres muy buenos de
una familia numerosa que actuaban de esta manera. 3.1. Empezar por el propio educador.- Un antiguo
Sus tres hijos mayores tienen graves trastornos psí- dicho popular reza: "Búscate un maestro al que pue-
quicos, porque no aguantaban ser "diferentes" a sus das apreciar más por lo que ves de él que por lo que compañeros. Después de esta experiencia, los padres oyes de él." De mayor importancia que este o aquel cambiaron su estilo de educación. esfuerzo concreto es la persona del educador. Un buen maestro influye más por su vida, por su mera Vivimos en una civilización pluralista. Lo que ven y existencia, que por las lecciones que da. El Papa Juan escuchan los adolescentes en su casa muchas veces Pablo II confesó en varias ocasiones: "Mi padre se exi-no coincide con lo que escuchan en el colegio, en las gía tanto a sí mismo que no tenía que exigir nada de calles y en otras casas. Todos los esfuerzos que van mí." Una vieja historia cuenta que, un día, una madre encaminados hacia una unidad de formación, son desesperada buscó a un rabino famoso y le preguntó: muy importantes y dignos de elogio. Los colegios que "¿Qué puedo hacer? Mi hijo tiene una toxicomanía actúan conforme a un buen proyecto educativo, por hacia los bienes materiales. ¿Cómo puedo cambiar- ejemplo, son una gran ayuda para la formación. Pero le?" El rabino respondió: "No tienes que cambiar a tu hay que tener en cuenta que los desafíos con los que hijo, sino a ti misma. Los problemas de tu hijo reflejan tienen que enfrentarse hoy en día son mayores que tus propios problemas. ¡Cámbiate a ti!" Este juicio, antes. No sólo han de dar una buena formación, sino por supuesto, no se puede ni se debe aplicar a cual-que han de dar una formación tan buena y profunda quier familia que tiene dificultades en la educación de que los alumnos puedan orientarse luego en una so- los hijos. Sería una grave injusticia. Pero sí se puede ciedad pluralista y vivir en paz con otras personas que aplicar al conjunto de una generación. Es decir, los jóvenes expresan muchas veces con claridad las acti- los demás. Tiene un egoísmo escandaloso, pero ese tudes profundas de los mayores. egoísmo es enfermizo. Quiere tener más para ser ¿Qué podemos hacer? En primer lugar, crecer en la conciencia de la propia responsabilidad. Todo lo que La falta de autoestima es notoria en nuestros días. Las hacemos influye en el ambiente que nos rodea. No librerías dedican toda una estantería a libros como podemos quejarnos del anonimato y de la comodidad "Diez consejos para elevar su autoestima", "Cómo propios de las sociedades de consumo, porque noso- recuperar tu autoestima", "Los adolescentes y la au-tros mismos los creamos, o al menos contribuimos a toestima". Hasta en el metro se pueden encontrar que se mantengan. Hace algunas décadas, cuando un carteles que invitan a participar en un "Taller de auto-chico fuerte pegaba a otro más pequeño en la calle, estima". La crisis de autoestima es un fenómeno pre-cualquier persona que se paseaba ayudaba al niño ocupante; es un índice de falta de salud mental. Por más débil, y amonestaba al niño fuerte. Los mayores esto, a veces tiene poco sentido amonestar a una per-reconocían su responsabilidad; todos ellos se sentían sona para que no gaste tanto dinero en cosas nocivas educadores de la juventud. Actuaban, a veces, con o superfluas. Es preciso robustecer su autoestima. severidad, pero tenían un rostro humano. Hoy, en cambio, los padres buscan un abogado para esos ca- En sus primeros años de vida, todo niño realiza un sos. Y todos los demás no hacen nada; se limitan a descubrimiento básico que será de vital importancia lamentar las desviaciones de los jóvenes. Una perso- en su posterior carácter: o "soy importante, me en- na que quiere vivir con soltura en la sociedad pluralis- tienden y me quieren" o "estoy por medio, estorbo". ta –y ayudar a los demás a hacer lo mismo–, tiene que Bajo los cuidados de personas solícitas, se forman jó-salir del anonimato y de la masificación. Tiene que venes espiritualmente estables, cariñosos y responsa-actuar según sus propios juicios y adquirir un estilo bles. Pero si faltan esos cuidados, puede pasar que los jóvenes luego no sean capaces de establecer relacio- nes, ni de trabajar con seriedad. Y tampoco pueden Los adolescentes observan mucho. Se dan cuenta de utilizar los bienes materiales rectamente. los motivos que mueven a sus maestros. Notan si los padres pueden poner límites a sus deseos de pose- Sin embargo, tenemos que creer en las capacidades sión o no. A veces pasan cosas verdaderamente ridí- de estos jóvenes y dárselo a entender. A veces, im-culas: se compran furgonetas familiares, cuando se presiona ver cómo puede transformarse una persona, tiene un sólo hijo; se identifica el éxito con un perfu- si se le da confianza; cómo cambia, si se le trata según me…Unos chicos que vivían en un asilo, me decían la idea perfeccionada que se tiene de ella. Hay mu-una vez: "No es verdad que nuestros padres no ten- chos educadores buenos que saben animar a los jóve-gan tiempo para nosotros. La verdad es que hay mu- nes a ser mejores, a través de una admiración discre- chas cosas más importantes para ellos: los negocios, ta y silenciosa. Les comunican la seguridad de que hay el deporte, los compañeros y los viajes." mucho bueno y bello dentro de ellos, que, con pa- ciencia y constancia, animan y ayudan a desarrollar. Los educadores también son "hijos de su tiempo". Tienen que tener una actitud generosa, si quieren Cuando una persona ha adquirido autoestima, puede orientar a los demás. No tienen que ser perfectos, independizarse poco a poco de lo que dicen los de-pero sí auténticos. No importa que tengan defectos y más. Adquiere el valor de ir contra corriente, sin en- debilidades; éstos, incluso, pueden hacerlos más ama- durecerse o despreciar a los demás. bles. Pero deberían luchar sinceramente, y con senti- do positivo, por vencer sus caprichos poco a poco. 3.3. Orientar hacia grandes ideales.- No hace falta
criticar continuamente la situación de nuestras socie- 3.2. Robustecer la autoestima.- Los psicólogos subra- dades. Una persona que amonesta y da lecciones, es
yan: "Detrás de cada toxicomanía hay una nostalgia". poco atractiva. Es mejor enseñar a los jóvenes a abrir
Una persona, cuyo bienestar depende de la televisión, y ensanchar el alma, a orientar las ansias hacia gran-
del alcohol, de la droga, de viajes o vestidos, busca en des ideales. En el ambiente actual, se nota a veces realidad otra cosa, que no encuentra ni en la televi- una cierta resignación y poco ánimo para educar. Pe-sión, ni en el alcohol, ni en el nuevo abrigo de pieles. ro también hoy en día hay muchos jóvenes inquietos; Le falta seguridad, protección y cariño; y sobre todo le hay una rebeldía sana contra la tendencia al mínimo falta el aprecio de los demás. Muchas veces no tiene esfuerzo de seguir la moda. Hace algún tiempo dijo autoestima. No podía desarrollar una sana conciencia un chico de 17 años en la televisión alemana: "En esta de la propia dignidad. Por eso no es capaz de abrirse a sociedad sólo cuentan el dinero y los coches grandes. Este no puede ser el sentido de la vida. Para nosotros ces es posible aprender a decir que no. valen más la amistad y el compañerismo." Es una tra- gedia que ese chico era un neonazi, a quien había co- 3.4.Fomentar la solidaridad.- El desarrollo de la per-
gido la policía.
sonalidad, por supuesto, es sólo un efecto de la re- nuncia. No puede ser, ni mucho menos, su motivo. Se A muchas personas, en el fondo, les aburre la televi- trataría, entonces, de una especie de egoísmo y so-sión y la vida aburguesada con zapatillas y cerveza. berbia, que sería tanto más enfermiza cuanto más se Cuanto más se entretienen, más se aburren. Por eso escondiera detrás de actitudes laudables. El estoicis-buscan cosas cada vez más absurdas para satisfacer- mo nunca ha sido un ideal cristiano. se, como Nerón, que hizo quemar media Roma para divertirse. Han de aprender, en cambio, a observar, a Un cristiano renuncia por amor. Como cualquier otra sentir y a vibrar con la naturaleza, con la música, con persona que vive medianamente bien en una socie- la lectura, con la conversación, con el contraste de dad consumista, no puede quedarse tranquilo ante el ideas. Hay un inmenso panorama para abrir inquietu- hambre, la miseria, la marginación de tantas personas des, para despertar intereses, para sembrar curiosida- en todo el mundo. Si es capaz de un mínimo de com-des. pasión, querrá compartir su suerte con los demás. Buscará formas de solidarizarse con sus hermanos de La causa última de la patología del consumo no es el los otros continentes, y estará no menos dispuesto a desarrollo material, sino un sistema de ideas que ha aliviar las necesidades, pequeñas o grandes, que de- quitado al hombre sus verdaderos fines, que siempre tecta a su alrededor. En una palabra, se empeña en están más allá de la posesión de objetos. La persona ofrecer lo que es suyo y le falta al otro. Y no hace esto no es un animal. En todo caso, "es el único animal con para alcanzar la propia perfección, sino por la convic-manos," como dice Santo Tomás. No tiene pezuñas o ción profunda de que él mismo, como todas y cada garras para acaparar cada vez más cosas, sino manos una de las personas humanas, debe prestar ayuda a para arreglar y cuidar, y para orientar todo hacia un quienes la necesitan, en la medida de sus posibilida-bien mayor. Hay que ayudar a los jóvenes a descubrir la dignidad Esto lo comprenden incluso los niños. Conozco una humana y el auténtico sentido de la vida. Si una per- madre que se preocupa mucho por inculcar en sus sona tiene un proyecto vital muy alto, lucha con ilu- tres hijos la generosidad y la solidaridad con los de- sión por conseguirlo y está dispuesta a renunciar a más. Por esto tiene la costumbre de visitar con ellos cosas secundarias y triviales. Entonces se da cuenta, un orfanato, cada año en las vacaciones de verano. por sí misma, de la necesidad de decir que no. Puede Antes de irse, los hijos eligen algunos de sus juguetes hacer la experiencia de que el trabajo, el servicio a los más queridos, y luego los regalan a los niños necesita- demás, la amistad y la generosidad contribuyen más a dos. Hace poco pasó una cosa que dio una gran ale-la felicidad que el vestirse según el último grito. Así, el gría a la madre. La hija mayor de la familia, de nueve consumismo egoísta deja de ser un problema, sin que años, había recibido una bicicleta el día de su cum- se hable mucho de ello. Es importante apuntar muy pleaños. ¡Su deseo más grande se había cumplido! alto para engrandecer el corazón y movilizar las ener- Después del primer entusiasmo, la niña se fue sola al gías. "Cuando quieres construir una nave y buscas orfanato, y entregó la bicicleta. personas para realizar esta tarea," subraya un dicho popular alemán, "no les digas que busquen el mate- La generosidad engendra alegría, ya que responde a rial y hagan cálculos complicados: sino despierta en una íntima exigencia de nuestra naturaleza. El hom-ellas las ansias hacia el océano grande y amplio." bre no sólo tiene manos para poseer, sino también para dar. Es "simplemente el ser con capacidad de Cuando una persona tiene metas altas y la ilusión por dar." Se realiza justamente en la donación. conseguirlas, entonces ha llegado la hora de educar también en el arte de renunciar. Todos los grandes Somos libres de renunciar a las cosas más lícitas y be- sabios de la humanidad conocían este arte, y lo reco- llas, por los motivos más variados. A un cristiano no le mendaron vivamente a los demás, desde Diógenes, el mueve sólo el amor a los hombres; le mueve también "filósofo del desprendimiento" que estaba feliz en su el amor a Dios. Se deja fascinar por el desprendimien- barril, hasta Wittgenstein, filósofo de nuestros días, to y la libertad de Jesucristo, y quiere vivir tan sobrio que regaló los millones que había heredado a sus her- como su Señor. Pero, ¿esto es posible también hoy en manos, para poder trabajar con tranquilidad. Si se día? ¿Se puede vivir la fe cristiana en nuestra socie-tiene una actitud positiva frente a la realidad, enton- dad consumista? Y también los hijos y nietos de la generación "hippy", ¿están en condiciones de com- porque permite llenarse de Dios y darse a los demás. prender el mensaje cristiano? Nos referimos al cristia- nismo en toda su dimensión, no sólo a unos eslogans EN SUMA PODRÍAMOS DECIR: El cristiano acepta y
religiosos que excitan a las masas durante los festiva- quiere el mundo que le rodea. A la vez tratará de ser
les de rock.
sobrio. Esta actitud no se basa en un rechazo del pro- greso o de la técnica, ni en prohibiciones o controles. 3.5. Educar testigos del amor de Dios.- Sí, los jóvenes Se basa simplemente en una opción clara por Cristo.
son capaces de abrazar la fe, hoy como antes. Para No vive las virtudes por falta de ocasiones, sino por el
seguir a Jesucristo, una persona necesita la fuerza de deseo libérrimo de seguir los caminos del amor, en
la gracia divina, y no unas circunstancias socio- plena sociedad consumista. culturales óptimas. Lo sabemos desde los primeros siglos de la era cristiana. Por eso resulta más urgente reforzar la identidad cristiana que cambiar algunos rasgos superficiales de la sociedad. La tarea educativa consiste, principalmente, en ayudar a los jóvenes a encontrar al Dios verdadero para que, llevados por la gracia, se enamoren de él. Luego harán el mundo más humano.- Lo que la gente de nuestro tiempo ansía es una espiritualidad anclada en una teología sólida y abierta. Esta necesidad ten-dría que mover a los cristianos a transmitir la fe con claridad, sin rebajar sus exigencias al nivel que marca la New Age. Es ese el servicio más grande y bello que una persona puede prestar a la sociedad en los mo-mentos actuales, en los que muchos contemporáneos están sufriendo un vértigo de existencia superficial: ayudarles a salir de la desesperación y a renunciar a una vida aburguesada, consumista y egocéntrica. En este nuevo comienzo –que es urgente y apasio-nante a la vez– se sitúa la soberanía con respecto a las cosas que nos rodean. Un cristiano tiene más razo-nes que nadie para vivir el desprendimiento y la so- briedad, y para enseñar a vivirlos a los demás. Quiere seguir a Cristo, participar en el misterio de la reden-ción y llevar la cruz con él. Si sólo disfrutamos de las comodidades de nuestra sociedad, tal vez seguimos a Cristo muy de lejos; de tan lejos, que no experimenta-mos ni rastro de su cruz. Si, por otro lado, nos queja-mos de las exigencias de la vida cristiana, puede ser ésa también una señal de que no estamos aún lo sufi-cientemente cerca del Señor. Un cierto tono de queja se encuentra en contradicción con la esencia del amor. Quien ama, acepta esfuerzos y trabajos.- Ciertamen-te, la cruz es una locura. Pero se trata de una locura de amor y de entrega que puede atraer también hoy en día a una persona que busca el sentido de la vida. Los jóvenes quieren que se les exija, en un clima de confianza y de comprensión. Si no se les exige nada, se desprecia su personalidad. Aunque el desprendi-miento cristiano cueste, tiene un sentido positivo, liberador y enaltecedor de la capacidad del hombre,

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